¡VAYA CARTA DE PELO!

Por Romina Prestipina

¿Quién iba a pensar que detrás de esa máscara de payaso maldito se escondería un rostro tan noble? Y que ese rostro noble fuese la marca visible de una personalidad engalanadora y cabelleresca. Algo que, por desgracia, es muy poco usual en estos tiempos decadentes, urgentes y globalizados. Realmente me sentí muy gratificada, siendo que estaba visiblemente nerviosa por nuestro encuentro vespertino en una célebre confitería de Recoleta (cuyo nombre no revelaré); más que nada por que jamás había visto su cara (creo que nadie lo ha hecho), y no sabía a quién decirle "aquí estoy". Por suerte me reconoció de inmediato. Ahí supuse que había visitado el blog, lo que me puso feliz. No pude decir mucho; aún así, es un honor para mí afirmarles: "Sí, lo ví, sé como es". Tal vez haya sido el encuentro más importante de mi vida, sin exagerar, pues estaba frente a una verdadera leyenda y, por ende, mis palabras salían algo tontas e inconexas. Confieso que fui muy bien contenida por este talentoso compositor y cantante, quien en todo momento me tranquilizaba con las palabras más adecuadas. A pesar de que en alguna ocasión quise indagar en su vida privada, no obtuve más que evasivas respecto a eso. En todo momento prevaleció la actitud de preservar su intimidad. Fueron apenas 75 minutos de charla, en los que el verdadero motivo de nuestro encuentro era el de solicitarle sus apreciaciones con respecto al misterio del culto a lo apócrifo de los Fraticórnicos. Me dijo que lo haría, pero en otro momento, con lo cual me frustré un poco. Luego de pedirle en forma reiterada que por favor no me fallara, ya que me había comprometido con los fans a lograr ese informe, Pelo prometió enviarme sus puntos de vista en sucesivas entregas. He aquí una primera carta que, contrariamente a lo que yo esperaba recibir, habla exclusivamente de mí.

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"Querida Romina: Me has puesto en una situación desesperante. ¡Dios mío! Obviamente que no voy a negarme, por que es imposible resistirse a tanta belleza de golpe. Y no solamente a la belleza física me refiero; tienes una belleza espiritual, un aura especial, una divinidad en tus palabras que captura con sólo desplazar los ojos sobre las líneas que escribes. Además has sido muy noble conmigo por considerarme como me consideras, valga la redundancia. ¡¡Una Diosa con todas las letras!! Te comento que cuando me enteré de vos (yo también te estuve espiando), enseguida hablé con Mecko para saber de qué se trataba. No podía creer que un ángel hubiera bajado de los cielos para ocuparse de nosotros. Pero creo que las cosas se dan cuando se tienen que dar. Creo que era necesario que nos conociéramos, aunque sea, en principio, a través de estas líneas. Bueno, no quiero seguir patinando tan de golpe sobre esta pista de universos de emociones y sentimientos. No sería un caballero si la belleza no me dejara verte como una profesional que hace su trabajo en forma muy seria y además, tan ocupada con nosotros como grupo. Hoy debo dejarte acá; ya te voy a explicar porqué. Te debo las respuestas a tus pedidos que seguramente las tendrás en estos días. Romina, me has dado un bellísimo regalo. Nos mantenemos en contacto y desde ya, un servidor a tus pedidos. Un beso. Pelo.-
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Y bueno, me morí, ¿qué quieren que les diga? Como ya les dije, mi intención aquella tarde era seria y periodística, y ahora esto... En fin, no me envidien mucho, chicas.